Nota A&C: Difundimos el texto “Es necesario salir de este mundo”, publicado originalmente en la revista Invariance (Serie II, 1974 bajo el título “Ce monde qui’l faut quitter”. El autor de este ensayo, Jacques Camatte, trabajo con Amadeo Bordiga y el grupo de teóricos marxistas que fueron conocidos como la Izquierda Comunista Italiana. Después de los eventos que tuvieron lugar en Francia en mayo de 1968, Camatte, junto con sus compañeros de Invariance, comenzaron un análisis crítico de las actividades de la izquierda comunista italiana, de la obra de Bordiga tanto como la de Marx. El título de la revista originalmente se refería a “la invariancia de la teoría del proletariado”, la teoría de la Liga de los Comunistas y la Primera Internacional. Por el año 1973 los críticos decían sobre esta revista que “nada varia más que Invariance”. Camatte y sus compañeros, persiguiendo el análisis crítico que ellos mismos habían iniciado, llegaron a concluir que “lo que permanece invariante es la aspiración a redescubrir la comunidad humana perdida, y esto no puede tener lugar a través de un restablecimiento del pasado, sino solamente a través de una nueva creación”. Su búsqueda teórica/práctica los llevo a un completo rechazo de la teoría de los partidos y organizaciones revolucionarias, la teoría de la conciencia revolucionaria, la teoría de la consciencia venida desde el exterior, la teoría del desarrollo progresivo de las fuerzas productivas: “el movimiento del mayo francés demostró que lo realmente necesario es un nuevo modo de vivir, una nueva vida (las citas son del último artículo de la revista Invariance n° 3, 1973).
Si bien se ha dicho que Jacques Camatte predica el abandono de este mundo, algo así como un retirarse de la dinámica de vida propia de la civilización capitalista, el término hace referencia a una acción mucho más profunda que pasa por rechazar las representaciones del capital, la lógica de la enemistad y la represión parental, particularmente en lo que se refiere a los infantes. Los/as lectores/as podrán juzgar por sí mismos al leer el texto que sigue, más es necesario aclarar que uno de los factores fundamentales de la ruptura de Jacques Camatte con la dinámica del antiguo movimiento revolucionario fue su preocupación por el abandono de la dinámica represiva que resulta de la domesticación de la especie humana (y, evidentemente, de las demás especies vivas), proceso que hunde sus raíces hace miles de años en el momento de disolución de las comunidades primitivas y que hizo posible la emergencia histórica de la sociedad capitalista. En este sentido, Camatte hace énfasis en considerar la continuidad que existe entre el capital y la domesticación que han operado sobre la humanidad, y sobre la vida planetaria, milenios de sociedades de clases.
La traducción de este texto fue realizada el equipo editorial de Anarquía & Comunismo.
Es necesario salir de este mundo
Para situar la perspectiva trazada en «Contra la Domesticación» y delimitar el mundo que es necesario abandonar, hay que especificar cómo es que surge su elemento determinante: el devenir del Modo de Producción Capitalista (MPC). ¿Qué es lo que se entiende por crisis del MPC? ¿Cómo se plantea el devenir–ruptura con el MPC? Tales son las preguntas que hay que responder. Voy a tratar solamente con algunos puntos de forma breve, y seguramente insuficiente, pero también necesariamente, ya que esto nos permite dar gran coherencia a lo que se ha venido publicando con anterioridad en esta revista. Por otro lado, esto también nos permite situar la “superación” de Marx tal como había sido prevista por varios de los compañeros que escriben en la revista “Invariance”, así como por aquellos que no publican en la revista pero que transitan por un camino convergente con el nuestro. Sobre todo porque a partir del momento en que se afirma que Marx ha sido superado, muchos de los que hacen tales afirmaciones ni siquiera consienten en lanzar una mirada distraída a su obra. Sin embargo, para mí la cuestión no se trata de la muerte de Marx, sino de mi propia vida en la cual Marx es siempre esencial. No se trata de superar a Marx para para poder afirmarse uno mismo, sino de superarlo para estar en línea con una dinámica de vida humana que tiende a desacoplarse del imperio del capital. Digo esto pensando en las observaciones de Adorno sobre los artistas recogidas en “Minima Moralia”. Todos los artistas deben, en su corazón, matar a su predecesor para poder afirmarse ellos mismos; en otras palabras, debemos abandonar la práctica de asesinar a un mismo padre mítico.
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