Nota A&C: Difundimos el texto “Mayo-Junio de 1968: el descubrimiento”, publicado originalmente en la revista Invariance (Serie III, 1977) bajo el título “Mai-June: le devoilement”. El autor de este ensayo, Jacques Camatte, trabajo con Amadeo Bordiga y el grupo de teóricos marxistas que fueron conocidos como la Izquierda Comunista Italiana. Después de los eventos que tuvieron lugar en Francia en mayo de 1968, Camatte, junto con sus compañeros de Invariance, comenzaron un análisis crítico de las actividades de la izquierda comunista italiana, de la obra de Bordiga tanto como la de Marx. El título de la revista originalmente se refería a “la invariancia de la teoría del proletariado”, la teoría de la Liga de los Comunistas y la Primera Internacional. Por el año 1973 los críticos decían sobre esta revista que “nada varia más que Invariance”. Camatte y sus compañeros, persiguiendo el análisis crítico que ellos mismos habían iniciado, llegaron a concluir que “lo que permanece invariante es la aspiración a redescubrir la comunidad humana perdida, y esto no puede tener lugar a través de un restablecimiento del pasado, sino solamente a través de una nueva creación”. Su búsqueda teórica/práctica los llevo a un completo rechazo de la teoría de los partidos y organizaciones revolucionarias, la teoría de la conciencia revolucionaria, la teoría de la consciencia venida desde el exterior, la teoría del desarrollo progresivo de las fuerzas productivas: “el movimiento del mayo francés demostró que lo realmente necesario es un nuevo modo de vivir, una nueva vida (las citas son del último artículo de la revista Invariance n° 3, 1973).
La traducción de este texto fue realizada por el equipo editorial de Anarquía & Comunismo.
Mayo-Junio de 1968: El Descubrimiento[1]
En los textos que siguen, Mayo – Junio de 1968 es considerado como un momento de ruptura fundamental: la emergencia de la revolución, pero no la revolución misma. Este enfoque involucra definir, demarcar y predecir lo que será la revolución comunista en la fase de la dominación real del capital sobre la sociedad; las revoluciones proletarias anteriores tuvieron lugar en la fase de dominación formal [2]. Mayo – Junio de 1968 es considerado como el prólogo de un vasto drama histórico que habría de conocer sus actos decisivos muchos años después. Los actores principales ya no son los mismos. En 1968, quienes intervinieron fueron los estudiantes y las nuevas clases medias (todos los asalariados que operan en el proceso de circulación del capital), fueron ellos quienes sacaron a los proletarios de su letargo y les hicieron entrar en el escenario de la historia. Desde ahora en adelante, el partido del mañana no será más una reagrupación de aquellos que son estrictamente proletarios, sino que será la expresión de una unificación más amplia. Esto nos lleva hacia la reflexión sobre la formación de una inmensa clase de seres humanos situados en oposición al capital porque son esclavos asalariados. Simultáneamente, esto involucra esclarecer el fenómeno de profunda proletarización que está afectado a la sociedad existente, puesto que el proletariado debe negarse a sí mismo para llevar a cabo la revolución.